En la antigüedad el hombre ponía su atención en lo que pasaba en el cielo. Observaban que los astros se movían en el espacio y que este movimiento obraba una influencia determinada en la tierra. Se dieron cuenta como la luna influenciaba las mareas y de los cambios de estaciones que ocurrían con la aparición de determinadas constelaciones en el cielo.
Muchas culturas le dieron mucha importancia a los eventos astronómicos que observaban en la bóveda celeste y elaboraron sistemas de predicción basándose en los eventos que sucedían en la tierra y también en las vidas de los seres humanos cuando dichos eventos estaban en sincronía con algún cambio en el cielo.
Debido a esta observación de los fenómenos celestes, los antiguos astrónomos concluyeron que la tierra era el centro del sistema solar, y que alrededor de ella giraban el sol y los demás planetas.
Posteriormente Copernico y Galileo Galilei comprobaron que en verdad la tierra giraba alrededor del Sol , dando por tierra la versiones anteriores.
Sin embargo, a pesar de este nuevo descubrimiento, la influencia de los planetas se siguió sintiendo en la tierra y en la vida de las personas y por lo tanto la astrología se afianzó centrada en un sistema geocéntrico.
La Gran Ilusión de los antigüos es igual a la Matrix de los tiempos modernos.
Si nos detenemos a pensar un momento sobre esto, podemos darnos cuenta que en cierta forma esta ciencia está basada en la ilusión. Observándolo desde la tierra, el zodíaco es el recorrido ilusorio del sol en el cielo.
En las Enseñanzas de los Maestros Ascendidos, se le dice el Velo de Ilusión, o el Velo de Maya por medio del cual el hombre experimenta en la tierra la separación de la Fuente Divina, de su Presencia Solar o Presencia Yo soy y olvida su origen divino.
La astrología -a través del mapa natal- indica las experiencias de vida que tendrá el individuo en esta encarnación o en las siguientes, con el fin de lograr el regreso a su Fuente Divina, por medio del camino de la Ascensión.
Entonces, la interpretación de las influencias planetarias desde una Astrología Divina, nos permitirá recuperar esa conexión con el Uno, con nuestra Fuente o Presencia Solar, a medida que vamos pasando las pruebas con plena consciencia y nos facilitará hacer elecciones más sabias.