Abril 2

Piensa en lo que fue estar en el aura de Jesucristo cuando estaba físicamente vivo en la Tierra. He meditado sobre esto, incluso desde el momento en que era un adolescente. Tuve experiencias místicas simplemente al contemplar esta dinámica. Al leer las Escrituras, el Espíritu Santo iluminó ciertos pasajes y fue como si estuviera allí otra vez, o por primera vez, experimentando el verdadero amor que Jesús, como un hijo de Dios que define un periodo de tiempo, compartió con toda la humanidad, incluso más allá de aquellos que tuvieron el privilegio de presenciar personalmente su Presencia, sus sanaciones o su enseñanza. Toda la humanidad fue bendecida con su presencia en Judea, Galilea y dondequiera que anduvo.