Diciembre 11

A través de los rayos enfocados de la luz pura de Dios que brilla sobre ustedes, pueden, a través del espejo de su lente, tener reflejada hacia ustedes a través de su propia visión la esencia de su Seidad verdadera como Dios los contempla. En este estado, se mantienen inmaculados en luz y todos los aspectos amorosos de su Ser están ahí para que los vean y conozcan y acepten como una realidad manifiesta ahora en su ser. En este nivel de visión, la gracia de Dios está presente, y esa luz los apoya, los sostiene y los sella reverentemente en la matriz que la Madre Divina siempre ha mantenido dentro de su vista sublime para todos sus hijos.

En esta experiencia glorificada por Dios en la que se ven a sí mismos como Dios los ve, pueden empezar a aceptarse más fácilmente por lo que son ahora, no por lo que fueron o por lo que llegarán a ser en el tiempo y el espacio. Porque como ven, ustedes atraviesan el velo hacia la intemporalidad y la ausencia de espacio, y dentro del eterno Ahora sólo existe el tú que Dios contempla y que ahora pueden aceptar.